Nos encantan los colores, especialmente para el verano. Todo lo que se salga de los tonos neutros y más familiares a los que estamos acostumbrados es toda una sorpresa visual y llena de frescura y originalidad cualquier estancia. Renueva los espacios solo con su toque. Sin embargo, en ocasiones intentamos imitar en nuestra casa fotos de revistas o decoraciones vistosas con colores vibrantes que al final acaba en desastre o en tirar la toalla. Y es que normalmente, los tonos más potentes y llamativos son difíciles de combinar y necesitan una serie de reglas y un poco de buena mano para introducirlos en la decoración. En esta ocasión, os hablaremos de algunos de estos colores difíciles y cómo podéis usarlos en casa.
- Naranja y amarillo: los cítricos se llevan. El color naranja, en primer lugar, ofrece visualmente un impulso de energía. Destaca por su alegría y representa sobre todo la creatividad y el entusiasmo. Por ese motivo, no es recomendable para lugares de descanso como los dormitorios. Eso sí, su inspiración vitamínica es ideal para el salón, donde nos puede transmitir cada día sus buenas vibraciones. Puedes incluirlo como pintura en las paredes y optar por muebles y fundas blancas, así como complementos también luminosos. O si su intensidad es excesiva para ti, puedes incluirlo con detalles como en la ropa de hogar, en el tono de las flores, las macetas, jarrones, cuadros, etc. En cuanto al amarillo, es un tono mucho más particular y raro de ver en decoración que el naranja. Y es que al
ser tan intenso, puede cansarnos antes. Por eso es tan importante combinarlo con los colores y materiales adecuados, y no usarlo como color de tendencia. Mézclalo con un contraste en negro, blanco, madera, metal y dale un toque industrial. - Todo al rojo (o no). Este probablemente es el color con más significados de la paleta cromática, por lo que hay que tener especial cuidado con él. Transmite vida, energía, seducción… pero también emociones negativas como la agresividad. Por eso no es nada recomendable incluirlo en dormitorios. Y en cuanto a la decoración en general, puedes destacar un rincón en específico –muy pequeño- con este color, u optar por detalles como los textiles o toques concretos para llamar la atención sobre ese punto determinado.
- El rosa chicle: el color más dulce. Para optar por el rosa hay que ser una persona dispuesta a arriesgarse. Frescura, modernidad o sofisticación son algunos de los valores que transmite. Es ideal a pequeñas cucharadas junto a más miembros de su paleta cromática, por ejemplo en ropa de hogar. Sin embargo, apostar todo al rosa es igual que apostar por el amarillo: acaba cansando. Así que te recomendamos que, si quieres arriesgar con la pintura en las paredes, empieces por rincones o piezas pequeñas como el baño para dar un toque original a tu casa, pero sin abusar. Se lucirá mucho más si le da luz natural y la combinas bien y de forma minimalista.El negro: ese gran desconocido. El negro es un color muy particular en la decoración, ya que es difícil llevarlo a los espacios. Sus valores son la sofisticación, el lujo y el prestigio. Pero si lo usamos mal o con mucha abundancia, los espacios pueden dar la sensación de ser lúgubres, tristes o tenebrosos. Sin embargo, tiene la gran característica de saber destacar detalles concretos y darles un alto impacto visual. Úsalo en algún mueble concreto, una balda, para pintar una puerta o el extremo de las patas de una silla, el marco de una ventana… ¡Verás qué cambio más original dará a la estancia!
- Dorado y plateado: los reyes de la fiesta. El dorado está asociado con el amarillo. Revitaliza y da energía. El plata también representa, al igual que el dorado, el lujo y la solemnidad. Ambos simbolizan abundancia. En decoración se suelen utilizar poco, porque pueden abrumar y añadir años a la decoración. Por eso, recomendamos utilizarlo en elementos muy concretos y pequeños y con combinaciones también concretas. Con el dorado, lo mejor es mezclarlo con el blanco y el negro. Muy sofisticado y moderno. En cuanto al plateado, podemos aprovecharlo para darle un toque moderno, funcional y tecnológico a una estancia, con lámparas, algún electrodoméstico o muebles de diseño
industrial.