No solo cuando salimos fuera hay que preocuparse de los buenos modales en la mesa, sino que se deben intentar cuidar también en el hogar, especialmente cuando celebramos comidas familiares o con amigos. Especialmente para los más jóvenes en la familia, una buena manera de acostumbrarse a ellos y dar siempre una buena impresión como comensal, tanto si eres el anfitrión como invitado.
Existen algunas instrucciones de protocolo muy básicas y conocidas, como no empezar a comer hasta que no estén servidos todos los comensales, apoyar los antebrazos en la mesa en lugar de los codos o no hablar con la boca llena. Pero quizás otras se pasan más fácilmente por alto, debido a las prisas del día a día o simplemente por desconocimiento.
Por ejemplo, en cuanto a las posturas en la mesa:
– Es adecuado adoptar una posición erguida en la silla -sin excesiva rigidez- para que podamos tener libertad de movimientos.
– También conviene pedir que nos acerquen lo que queramos de la mesa -por ejemplo la sal- sin intentar alcanzar por nosotros mismos algún elemento, cruzando el brazo por delante de otra persona.
– Igualmente, es importante no hablar a gritos con personas alejadas de nuestro sitio.
Por lo que se refiere a la comida:
– Si nos han servido algo que está muy caliente, hay que dejar que se enfríe solo, sin soplar sobre ello.
– También conviene intentar servirse solo lo que vamos a comer, ya que está mal visto dejarse comida en el plato.
– Mostrar calma al comer, sin prisas, es otra señal de buena educación.
En caso de tener alguna duda sobre cómo se toma algún plato, resulta correcto preguntar a otro comensal cercano u observar su comportamiento, en todo caso.
Últimamente hay una nueva costumbre que hemos de intentar corregir: el uso del móvil durante las comidas. A pesar de los tiempos tan acelerados que vivimos, sigue siendo una falta de respeto hacia las demás personas que están en la mesa.
Tampoco está bien visto levantarse durante las comidas si no es por un motivo necesario. Cuando queramos levantarnos, conviene pedir permiso y excusarse. Por último, aunque parezca obvio, es importante recordar la importancia de dar las gracias y pedir por favor cuando sea oportuno.