El frío empieza poco a poco a quedarse con nosotros y ya hay ganas de introducir en casa cambios que nos hagan sentir más cómodos, más relajados y que aporten esa sensación especial y cálida que tanto buscamos en estos meses. Por eso, hoy os hablaremos de un concepto de origen danés que está calando tanto como filosofía de vida como en decoración. Tanto se está extendiendo, que estamos seguros de que, sin saberlo, ya os habéis sentado en alguna cafetería que aplica esta tendencia en su interior: lugares acogedores con decoración un tanto dispar, pero que nos hace sentir como en casa. Se trata de hygge, una palabra que viene de Dinamarca y que indica algo acogedor o cómodo, pero que incluye una actitud que consiste en disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Para ellos, es algo más que un concepto.
Durante años los daneses han sido incluidos en las listas de los países más felices del mundo. Sus inviernos fríos de bajas temperaturas y pocas horas de luz les han obligado a pensar en la mejor manera de convertir su hogar en un buen refugio. Un hogar hygge se convierte por tanto en ese lugar donde sentir bienestar y relax, donde pasar tiempo de calidad con la familia, un sitio donde sentirse como en casa y sin preocupaciones. ¿Cómo puedes decorar tu casa para sentirte más a gusto y feliz? Aquí te damos algunas ideas.
En primer lugar, tu casa tiene que invitar a la calma. Con las prisas y el estrés de hoy en día, a menudo no tenemos un sitio en el que poder relajarnos. El comienzo del frío es la mejor época para realizar este cambio, en el que la ropa de hogar será nuestra gran aliada. No solo vestirá y llenará de calidez las estancias, sino que nos sentiremos más arropados. No es lo mismo tomar un té en una noche de tormenta en el sofá rodeado de cojines y con la luz de unas velas que con luz artificial y con un sofá o sillón vacíos.
El concepto hygge se funde con la decoración nórdica y nos trae también colores suaves y neutros. Estos se combinan con colores más oscuros para conseguir un agradable contraste. Únelos con materiales nobles y naturales en casa, como la madera, y texturas gruesas, suaves y mullidas para los tejidos. Ármate con mantas de lana, algodón grueso, y muchos cojines –en este estilo prima la calidez, por lo que puedes dejarte llevar y escoger cojines de pelo o terciopelo, siempre que los colores se mantengan neutros-, tanto para el sofá como para la cama de la habitación. Procura también que los edredones y mantas de la cama sean suaves y abrigados. Además, igual que en la decoración que se inspira en filosofías orientales, el orden en casa también es muy importante en este tipo de estilo, ya que se trata de un minimalismo confortable y el estrés que causa el desorden no favorece la relajación en el hogar.
La iluminación en casa también es otro de los factores más importantes para generar esa atmósfera cálida donde nos sintamos seguros y a gusto. Se trata sobre todo de dejar entrar la máxima luz natural posible, mediante cortinajes o estores más claros, y unirlo al contraste de la luz más cálida de velas o focos de luz puntuales. Por otro lado, el estilo hygge también se descubre en los detalles: plantas naturales o flores que aporten el pequeño toque de color, muchos plaids en el sofá y la cama, guirnaldas de luz, velas colocadas estratégicamente, un fuego en la chimenea… Crea tu propio rincón acogedor junto a una taza de té o de chocolate.
Por último, no olvidéis que el concepto hygge no solo se aplica en la decoración. Incluirlo en nuestras vidas nos ayuda a desconectar de la rapidez de la rutina diaria. Disfrutar de una buena conversación, de una cena con amigos, de un momento de lectura durante una tormenta o de una película bajo las mantas… Son solo algunos ejemplos en los que se centra el hygge, el valor y la felicidad de las pequeñas cosas, vivir sin estrés y rodearse cuanto podamos de los seres queridos.