Está claro que lo vintage se lleva, sea en ropa, accesorios o en decoración. El término en inglés hace referencia a algo antiguo o de época, objetos que tienen a sus espaldas un pasado –o que lo parece-, y que están presentes en casa junto a elementos más modernos. No llegan a ser antigüedades, pero tienen su historia. La palabra, de hecho, también hace referencia a objetos que, siendo antiguos, tienen valor y calidad. Para calificarlo de vintage, tiene que tener un mínimo de 20 años de uso y que se sepa perfectamente a qué época pertenece.
En la decoración vintage, los muebles más cotizados son los de los años 50 de estilo modernista, así como los de madera con un toque
bohemio. En la cocina, por ejemplo, la mezcla de los electrodomésticos más punteros con una gran mesa de madera de desayuno crean una atmósfera muy atrayente. También podemos recuperar muebles para ser el centro de ciertas estancias, como alacenas pintadas, aparadores, escritorios, tocadores, cabeceros, taburetes y sillas, armarios o mesitas de madera con detalles tallados, que hagan por ejemplo de mesita de lectura o de noche para el dormitorio. Si el mueble que has escogido o que has encontrado está un poco deteriorado, nada como pasarle una capa de pintura para dejarlo como nuevo. Los colores más pastel le darán una chispa romántica o bohemia a la estancia. Y el blanco, un toque muy luminoso y encantador.
Algunos de nuestros espacios preferidos para poner en marcha el estilo vintage son la cocina y el baño, ya que parecerá que estás en una casa rústica de vacaciones si incorporas algunos detalles como mesas grandes de madera, cajones pintados, alacenas, menaje del hogar de cerámica pintada… Las opciones son infinitas. El baño también seguiría el mismo tratamiento. Una gran bañera blanca, lavabos con grifería antigua, pintura de colores pastel, espejos con marcos dorados con detalles propios del paso del tiempo… Las opciones son infinitas. Piensa en cómo podía ser el baño de casa de tus abuelos e incluye algunos de esos detalles. Por ejemplo algo tan simple como jabón en pastilla en vez de en forma líquida.
En cuanto a los complementos, serán nuestros salvadores si no encontramos grandes muebles o elementos para introducir lo vintage en nuestra casa. Piensa en antiguos relojes, utensilios de cocina, adornos, lámparas de otra década, cestas de mimbre para las revistas o para la fruta si es en la cocina, botijos colocados estratégicamente… Si hay algunos objetos muy deteriorados, será muy divertido proceder a su restauración y aprender cosas nuevas. Y si hay niños en la casa podemos incluirlos en la tarea. Por otra parte, combina lo antiguo o vintage con lo nuevo y moderno y la tecnología más puntera. Creará un contraste increíble.
En cuanto a los textiles, aprovecha los tejidos como el terciopelo, el visillo, el algodón o la lana para decorar el hogar. Echa un vistazo a nuestra web o en la tienda para descubrir hasta dónde llega el poder de lo vintage.