La sábana es el elemento imprescindible del dormitorio. Son las prendas de hogar que mantienen el contacto con nuestro cuerpo, que nos abrigan en invierno y refrescan en verano, y que visten nuestra cama con un estilo propio. Ya sea por una clase de tejido especial, por su color o textura, intentamos elegirlas bien. Y es que usamos estas telas en las sociedades modernas desde hace mucho, pero especialmente desde su popularización durante el florecimiento de la industrialización en el siglo XIX, que las hizo llegar a las clases bajas. Aunque los diseños de las sábanas tal y como los conocemos no llegarían hasta mitad del siglo XX.
En La Huerta Valenciana, si de algo somos expertos, es en sábanas. ¡Y no lo decimos por nada! Esta empresa centenaria es una parte viviente de la historia de la sábana. Ahora, en nuestra sección de ropa de cama se pueden encontrar, por ejemplo, sábanas para todo el año con diseños, estampados y tejidos muy modernos. Pero hubo un tiempo en que todo era muy diferente.
La primera tienda de La Huerta, abierta por Antonio García –el bisabuelo del actual propietario- en 1868, era un comercio tradicional que se dedicaba a la venta de textil y ropa para el hogar. Entonces, la confección se realizaba de manera artesanal. Se hacían vestidos y ropa o juegos de cama cosidos por las mujeres y bordados a mano. Situado en la calle Linterna, en el centro de Valencia, el negocio fue continuado por el hijo de Antonio –llamado con el mismo nombre, Antonio García-, quien se puso al frente, pues desde muy joven ya sabía por su padre los entresijos de la tienda y la venta.
La Huerta comenzó a popularizarse entre los vecinos, lo que supuso un aumento considerable del volumen de trabajo. También los habitantes de pueblos cercanos a la capital se convirtieron en clientes fieles. Los productos que se vendían eran fundamentalmente tejidos para sábana, cubrecamas, tejidos de rizo para confeccionar toallas, mantelerías… De esta forma, La Huerta empezó a anunciarse en los periódicos de la época como “la casa de las sábanas y los colchones”. Se publicaba que tenían “las mejores sábanas”, o aprovechaban para destacar productos tales como las “sábanas de lienzo de una pieza”, entre otra variada ropa de hogar. Como anécdota, en un anuncio del periódico La correspondencia de Valencia de marzo de 1923, encontramos un curioso recorte con dibujo en el que, para promocionar los productos, se cuenta la historia de dos amigas que fueron a ver los artículos de La Huerta Valenciana. Entre otros, se subrayan las “sábanas ‘flor de algodón’”.
Cuando Antonio falleció, su mujer Mª Isabel se puso al frente de la empresa. El negocio se amplió y se comenzó a comercializar también tejido para cortinas que, posteriormente, también eran confeccionadas e instaladas en las casas de los clientes. La empresa se especializó en ropa de hogar: edredones, colchas de verano, colchas de piqué, juegos de cama, mantas, toallas, albornoces, mantelerías, delantales, etc. Actualmente, La Huerta Valenciana está dirigida por la cuarta generación de la familia. Hay cuatro comercios, modernizados y con las últimas novedades en ropa de hogar, pero se sigue manteniendo el mismo espíritu de antaño, comprometido con los proveedores y fabricantes de la Comunidad Valenciana. Este año, de hecho, celebramos el 150 aniversario de la apertura de la primera tienda.
Las primeras sábanas eran al principio más gruesas, menos manejables, con diseños muy parecidos, sobre todo blancas o beig y lisas. En los años 70 comenzaron a venir piezas estampadas y con rayas, fue en los 80 cuando se popularizaron las sábanas confeccionadas con todo tipo de estampados y colores. Difícil era imaginar entonces, desde las primeras sábanas vendidas por La Huerta, cuánto evolucionarían, hasta alcanzar modelos con diseños ajustables, todo tipo de tejidos, fáciles de lavar, resistentes, e incluso con propiedades hipoalergénicas. Las nuevas sábanas de diferentes firmas de la temporada primavera verano 2018 que tenemos actualmente en tienda, con su calidad y sus cualidades, ejemplifican ese diseño, estampado y colorido que se ha alcanzado.