La única seguridad que podemos tener en la vida es la del cambio. También y, sobre todo, en decoración. A veces, nos podemos volver locos intentando hacer cambios radicales de suelo, color de paredes, muebles, etc. Sin embargo, lo que transforma de verdad los espacios son los detalles, grandes y pequeños. Sin duda, marcan la diferencia, y en este post os vamos a mostrar algunas ideas.
Lo primero: fíjate en que los espacios sean cómodos y a tu gusto. Que estén impregnados con tu personalidad o la de tu familia. Si intentas que tu casa se convierta en un hogar de revista sin fijarte en dejar impresa tu huella, te resultará fría e impersonal. Por eso, empezamos por el final: remata los espacios con fotos de familia o amigos, recuerdos de algún viaje, regalos importantes, juguetes de infancia…
Lo más fluido y fácil a la hora de cambiar la decoración y mantenerla en movimiento son los textiles. Las cortinas, los edredones, las sábanas… Pero también telas mucho más pequeñas y sencillas de manejar, como las fundas de sofá, los cojines o las almohadas. En pisos o casas de alquiler con los muebles ya incluidos, por ejemplo, las telas y texturas se convertirán en aliadas para esconder ese sofá tan anticuado con fundas y colores. Elige bien los tejidos según la estación para aislar o airear bien la casa: lana, poliéster, algodón, lino, seda… Y si hay alguna zona del suelo estropeada, cambiará muchísimo con alfombras.
Para dar fuerza a la casa y causar una buena impresión, cuida de la decoración del recibidor. Flores, jarrones especiales, plantas llamativas, un dibujo o lámina enmarcados… Darán un aspecto cuidado en el subconsciente de los que llegan a tu hogar. ¿Has notado también que cuando entras en una casa siempre huele de manera especial? Pues puedes elegir la fragancia de la tuya con incienso, mikados, velas aromáticas o lo que quieras en el recibidor. El choque de aromas, junto con la decoración especial del recibidor, causará una buenísima impresión en el visitante.
Si queremos ir más allá de lo meramente convencional, podemos reciclar objetos y hacer mesas de centro o muebles de exterior con palés, estanterías con cajas de vino pintadas, utilizar botellas de cristal como jarrones… En la imaginación está el límite. Y reusar es mejor que tirar, siempre, si se puede.
¿Qué más podemos añadir? Murales con papel pintado como cabecero de la cama –sin duda una apuesta con gran personalidad-, biombos para separar y delimitar espacios, ramos de flores naturales, espejos originales, pequeños muebles antiguos restaurados, cestos de mimbre y otros materiales naturales, objetos de madera –nos encanta-, tapices, artesanía, cuadros, piezas de arte, pequeñas esculturas…
¿Ya tienes ganas de empezar a cambiar la decoración? Esperamos que estas ideas os inspiren.