Controlar perfectamente todos los pasos del lavado desde que recogemos la ropa sucia hasta que vuelve a doblarse y colocarse en los armarios y cajones es todo un logro en el hogar, por no decir uno de los mayores. Y no suele haber más remedio que desarrollar un método propio con los años que se adapte a nuestras necesidades. Pero siempre hay muchos trucos e ideas que no conocemos y que podemos incorporar para tener una zona de lavandería más organizada y cuidada, para ahorrar tiempo en el día a día y tener la casa correctamente ordenada.
Lo primero es pensar en el espacio que le dedicamos a la zona de lavandería. Parece algo básico, pero no es tan fácil como se piensa. Si tenemos la suerte de disponer de un cuarto solo para el lavadero, la zona tiene que estar lo más despejada posible. Hay que evitar la acumulación de trastos en el lugar. Nos permitirá tener una sensación de más orden, y dispondremos de más espacio para las cosas que sí que tengan que ver con el lavado. El almacenaje también es fundamental. Tanto si el espacio de que disponemos es amplio como reducido, el almacenaje hará maravillas con el orden. Si no podemos disponer de un armario, las baldas unidas a la pared o los carritos con ruedas son otras opciones para tenerlo todo ordenado y a la vista: el detergente, el suavizante, productos de limpieza, pinzas para tender, accesorios de la plancha… Dispón un lugar fijo para cada grupo relacionado –lavado, secado, planchado y limpieza- e intenta no cambiarlos nunca de lugar. Pero deja cerca de la lavadora el detergente y el suavizante para tenerlos más a mano. No olvides tampoco que acumular muchas cajas y cestas en la zona del lavadero –sobre todo si son muy distintas y de diferentes tamaños- lo único que conseguirá será que no sepas dónde has puesto todos los productos y herramientas.
Otro de los pasos más engorrosos es recoger y separar la ropa. Es hora de que encuentres un lugar asignado para dejarla una vez usada. Si hay niños pequeños en casa, lo ideal es que tengan un cesto en su cuarto para la ropa sucia y que haya otro en el baño para las toallas. Estas, junto con las sábanas, son los textiles del hogar que más a menudo se lavan, y con esta organización nada quedará tirado por el suelo. Sin embargo, cuando se hagan más mayores, lo mejor es que todo quede agrupado en la zona de lavandería habitual, en un solo cesto para las sábanas y las toallas. Esta también será una oportunidad perfecta para que empiecen a colaborar en las tareas de hogar.
¿Y los cestos de ropa sucia? ¿Cómo deben ser? Cuanto más espacio tengas más podrás refinar tu método de separado de prendas. Pero existen cestos de tantos tamaños, materiales y formas que el espacio ya casi no supone un problema. Busca el diseño que se adapte a la zona. También conviene que sean estables, algo rígidos y lavables. Y cuanto más fáciles sean de trasladar, mejor –los de ruedas son muy cómodos-. Al separar por colores, lo básico es tener un cesto de la ropa blanca y otro para la de color. Ten en cuenta que las prendas pueden ir en el mismo cesto, divididas por un separador, lo cual servirá a los que buscan ahorrar espacio. Sin embargo, lo ideal es que los textiles como la mantelería, las servilletas y los trapos vayan a otro cesto, así como los de tejidos delicados –por ejemplo sábanas o cortinas de tejidos como la seda, el lino…-. Con toda esta fácil división incorporada de manera natural a la rutina, casi como un juego, cuando llegue el momento de poner lavadoras os dará mucha menos pereza. Tampoco olvides clasificar los cestos con etiquetas si lo necesitas. Son siempre un plus para una organización mucho más visual, que ayudará sobre todo a los más pequeños a saber dónde va cada tipo de textil.
Por último, a la hora de planchar, unas bandejas y cestos exclusivos para la ropa de hogar recién planchada también nos ayudarán a tener la ropa organizada. Dispón montones por cada miembro de la casa, y así solo tendrás que llevarla al armario después de planchar. En esta tarea también puedes aplicar trucos como no llenar la lavadora del todo y que la ropa salga menos arrugada, fijarse en el material para no equivocarse con el centrifugado, o utilizar un programa de ropa delicada en la secadora. Con estos sencillos trucos e ideas, puedes convertir tu zona de lavandería en un oasis de calma. ¿A qué esperas para probarlos en tu hogar?