Nos gusta cuidar de nuestra casa, decorarla con cuidado y originalidad, ordenarla y renovar su aspecto cada cierto tiempo. Por eso también nos gusta que amigos y familiares alaben su aspecto cuando les recibimos. Para ello, tenemos que tener unas normas de orden y decoración, para que cualquier reunión de invitados en casa sea impecable y podamos tenerla debidamente presentable aunque sea sorpresa.
Hay que empezar por la limpieza y el orden. En cuanto sepamos que tendremos invitados nuestros esfuerzos deben ir en este sentido. Primero airea toda la casa para que se vayan los posibles malos olores. Hay que repasar toda la casa con una limpieza a fondo que no olvide los suelos, la encimera y el fregadero en la cocina, y poner orden en el salón con las revistas, los cojines y las mantas –recuerda aspirar todas las migas que se esconden en los huecos de los sofás-. Asegúrate también de que no hay polvo en ninguna superficie. El salón será punto de reunión para tomar café, para servir un aperitivo o para continuar la sobremesa. Por ello, es importante que también esté limpio y ordenado. Es necesario también en estos momentos revisar los tapizados de los muebles por si tienen alguna rotura, las manchas de las fundas o la pintura de las paredes, por si necesitan un pequeño repaso. ¡Y quién sabe, tal vez os animéis a redecorar!
Uno de los momentos clave es la llegada de los invitados. Para ello, has de tener en cuenta un lugar en el que poder guardar las chaquetas, abrigos o bolsos. Un armario o un perchero servirán para mantener todo en orden –si tienes espacio y si suele haber invitados sorpresa, será muy útil tenerlos siempre en el recibidor-. Ocupar una cama con ellos no da buena imagen. La entrada o recibidor también debe tener un aspecto que impresione a los recién llegados. Coloca velas o un ambientador y conseguirás ese toque de calidez en el recibimiento que les entusiasmará.
Otros dos detalles importantes es preparar el baño. Es uno de los espacios que más van a ver los invitados y en el que más se van a fijar, por lo que hay que procurar que no falte jabón, bastantes toallas limpias para todos, o papel higiénico. Puedes mejorar también la decoración con cuencos con hojas secas, jarrones de flores o velas perfumadas.
En una comida o cena, que normalmente son las reuniones más comunes en casa, las normas de presentación de la mesa son las que tienen que tener más cuidado. El menú debe ser sencillo, para no complicarnos con la cocina y dejar todo nuestro esfuerzo en tener una casa brillante. Para esas visitas sorpresa, es recomendable hacer la compra siempre pensando en los futuros invitados. Con bebidas refrescantes, frutos secos, café, infusiones y conservas siempre en la despensa, no te pillarán con las manos vacías.
Por otro lado, para acertar con la preparación de la mesa, elige mantelería de tonos suaves o neutros, como la mantelería Bari o Boreal de La Huerta Valenciana, sobre todo en reuniones formales, que no permiten libertad a la imaginación. Los de tejidos naturales como el tejido o el algodón visten muchísimo la mesa. Pero si tu mesa es especial y quieres que se vea un poco, puedes colocar el mantel a lo ancho y dejar los extremos a la vista. Es otra manera original de vestir la mesa. Y para los más atrevidos, podéis elegir manteles como el Capri de cuadros Vichy de La Huerta –perfecto para exteriores en verano- o los manteles Abacanto y Bariloche, de colores más intensos. Combínalos con vajilla y servilletas de colores suaves y neutros para evitar un efecto sobrecargado.
En cuanto a la vajilla, podemos saltarnos algunas normas si se trata de una reunión informal. Es preferible utilizar solo los elementos indispensables y no enredarnos en complicados protocolos que confundirán también a los invitados. En cuanto a la cristalería, si es una celebración especial, tres copas para agua, vino y cava serán suficientes. Si se trata de cualquier otra reunión, con dos copas acertarás. Es muy importante asegurarse, además, de que hay vajilla y cristalería suficiente para todo el mundo.
La servilletas son otra parte importante de la organización de la mesa. No solo por la elegancia que desprenden sino por la seguridad que transmiten a los invitados –una prenda que les evite las manchas en el regazo les ayudará a relajarse-, así que no las escondáis solo para las ocasiones especiales. Si se va a invertir en servilletas, mejor escoger las que son de color blanco o beige, pues os pueden sacar de un apuro, ya que combinan con todos los colores de mantelería. Un error común es ponerlas dentro de las copas o vasos. Si es una reunión familiar, colócalas a la derecha y olvida ponerlas sobre la vajilla. Preséntalas de manera sencilla, sin dobleces. Ganarás tiempo y quedará igual de especial.
Hay otros detalles de los que deberíamos acordarnos siendo los anfitriones de una velada con invitados y que dará el broche de oro a toda reunión. Ambientar el lugar donde se vayan a reunir los invitados siempre es una buena idea. Ya sea con motivo de una celebración o no, una música de fondo, unas velas distribuidas estratégicamente como centro de mesa o sobre algún mueble, o un poco de olor a través de hierbas naturales o incienso, mejorará con mucho la atmósfera relajada y cálida que queremos conseguir, y de manera muy fácil y sencilla. Sin embargo, si se trata de una reunión informal que no ha sido posible planificar con tiempo, poner unas flores en un recipiente como centro de mesa será suficiente. Aún así, hay que recordar que los centros de mesa no sean tan altos como para tapar a los comensales entre ellos. Todos serán pequeños detalles que marcarán la diferencia y harán la velada memorable.