Aún nos quedan bastantes semanas de intenso sol. Su luz nos trae cada verano la alegría y las ganas de salir de casa, y nos da vitamina D todo el año. Sin embargo, ya conocemos que en largas exposiciones, la radiación solar puede ser muy dañina para la piel, y a largo plazo puede traer un aceleramiento del envejecimiento y cáncer. Como sabemos, el sol tiene un gran poder sobre todo lo que toca. Y no siempre positivo. Así que, al igual que nosotros usamos cremas para proteger la piel, también nuestra casa necesita que la protejamos de los efectos de la radiación sobre sus superficies.
Por ejemplo, los suelos y muebles de madera son muy propicios a dañarse por el sol. Ante la exposición prolongada, puede ocurrir la decoloración de la superficie, propiciando la pérdida del color original de la madera, y también la aparición de grietas con motivo de su secado. En este caso, para exteriores, recomendamos instalar maderas de tonos más claros, ya que la coloración sufre menos daños con el sol que la oscura. Aunque en todos los casos se pueden tratar con barnices especiales, selladores y productos anti rayos UV. Ya se sabe, mejor prevenir que curar. Y para los muebles de exterior, esta debe ser una máxima.
En otro tipo de materiales, como el cuero, la situación es similar. Para proteger los muebles, sobre todo sillones o sofás, hay que tratarlos unas dos veces al año para evitar que se resequen y se cuarteen, limpiándolos y aplicándoles especiales aceites o hidratantes especiales para el cuero. En invierno tampoco hay que confiarse, ya que no es bueno dejarlos cerca de otras fuentes de calor, como radiadores o estufas, pues todo esto puede hacer que el cuero se seque antes y pierda antes el color.
La colocación de los muebles en la casa también influye en su deterioro. Si tienes oportunidad de situar los muebles en un lugar en el que no reciban la luz solar de manera directa, será una ventaja a largo plazo. Aunque siempre podemos optar por varios aliados, como son las cortinas, estores y paneles –que encontrarás en nuestras tiendas-, que además de regulador de la luz y función decorativa, sirven para absorber el principal impacto de los rayos UV. Por ejemplo, las lamas verticales de la firma Destiny absorben gran cantidad de calor y son muy cómodas, ya que pueden girar 180 grados para abrirse, cerrarse o juntarse a un lado. Es una solución perfecta para evitar que se decoloren los tapizados y superficies, ya que tiene muchas configuraciones para todo tipo de ventanas e impide el paso de la luz. Además, estos paneles están fabricados con un tejido especial que impide que el sol les quite el color con el paso del tiempo.
También los fundas para sofás o sillones servirán para proteger el aspecto original de los muebles, y la variedad de colores pueden igualar muy bien el tono del mueble. Os recomendamos especialmente los de La Huerta, donde encontraréis, entre otros, diseños sencillos y elegantes como los de 100% algodón de la marca Eysa.
Pero también hay que tener cuidado con las telas que tengas a la vista en casa, porque también la luz solar afecta a sus fibras. Normalmente son las telas situadas en el exterior, en balcones y terrazas, donde más se nota el cambio. En muebles tapizados con telas, o en cojines o plaids decorativos. En este caso, las recomendaciones siguen la misma línea. Se decolorarán antes los colores muy saturados u oscuros, así que es mejor que optes por los claros. En el tejido, mejor lana u algodón, o las mezclas con tejidos técnicos como el poliéster, mientras que el lino puede ser demasiado delicado para estar expuesto al sol. Y si no los vas a utilizar, es mejor cubrir los muebles de exterior o guardarlos a la sombra, así como las ropas de exterior, como las mantas y cojines.
Esperamos que estos consejos os hayan servido para tener un poco más en cuenta la necesidad de proteger la casa de los efectos del sol, no solo en nuestra piel.