Los colores transmiten emociones y sensaciones. Sus connotaciones asociadas tienen en cada cultura toda una fuente de conocimiento, y a lo largo de la historia estos significados han ido evolucionando. A través del color entendemos el mundo que nos rodea y nos relacionamos con los demás. El color nos inspira también para crear tendencias y transformar el mundo.
Pero hay un color que domina sobre los demás. Y ese es el escogido por la empresa Pantone, que decide qué color será el reinante cada año según el análisis de las tendencias imperantes en la sociedad, la moda y la cultura. Este 2020 el “Classic blue” o “azul clásico” se ha alzado con el premio de color del año. Según la definición de Pantone, se trata de un azul atemporal e imperecedero que destaca por su elegancia y simplicidad. Un tono que infunde calma y confianza, y que también representa el sentir de la población con respecto a temas como la necesidad de protección de los océanos, y que puede convertirse asimismo en un color que se transforme en refugio para nuestros sentidos. ¿Y cómo podemos incluirlo en nuestra decoración? Desde La Huerta Valenciana os damos algunas claves.
El Classic blue es un tono tranquilizador, que proporciona una sensación reparadora y de paz. Pero, como todo color en una casa, necesita sus reglas. Apostarlo todo a este color es una opción arriesgada, pero podemos incluirlo de muy diferentes maneras. Empezamos por las paredes. Este tono es más bien profundo, por lo que conviene no recargar la decoración con la pintura. Para empezar, podemos pintar de este tono una de las cuatro paredes de una estancia –por ejemplo, la parte del cabecero en un dormitorio- y el resto pintarla de blanco o un color neutro claro. Este tono de pintura es ideal para zonas de paso como la pared de una escalera, o zonas de trabajo, que proporcionan un ambiente de calma y concentración. Para evitar la excesiva absorción de luz de este tono, también podemos elegir pintar mitad de pared en azul y la otra mitad superior en blanco, creando un efecto visual de amplitud pero con el azul como color imperante. Así, para evitar una sobrecarga de color, es importante que haya un equilibrio con tonos más neutros y claros, para evitar que el azul profundo detenga la entrada de luz.
En cuanto a los materiales, la combinación con madera es un tándem ganador, ya que le proporciona calidez a un tono frío como es el Classic blue. También acepta muy bien la mezcla de tonos azules más claros y oscuros y texturas en los materiales y en la ropa de hogar para lograr una decoración impresionante y con personalidad. El contraste con toda su gama cromática también es un auténtico acierto, incluso para los que no se atreven demasiado con introducir colores intensos en casa.
Por otra parte, combinándolo con detalles de cerámica, hierro y blancos, dejaremos paso a un estilo lujoso contemporáneo o un espacio de tipo más industrial. Si lo elegimos para los muebles, permitirá la mezcla con colores como las gamas de rosas, blancos y dorados, para una decoración muy moderna en textiles. De esta forma, el azul clásico nos permite huir de la consabida mezcla azul y blanco, y combinarlo con otros colores de estilo más actual. Por este motivo, es ideal para salones y dormitorios: aporta calidez y serenidad para poder relajarse y conciliar el sueño. Además, hay estancias, como el baño o la cocina, donde los cajones de color Classic blue aportan un efecto vintage espectacular.
Si no te atreves con un tono tan profundo, recomendamos introducirlo a través de los textiles o algún mueble. Sillas, un sofá ocupando el punto central de un salón… El Classic blue llamará la atención por sí solo. Con los plaids, mantas, colchas y cojines podrás empezar a llenar tu casa de la tendencia de moda y ganarás en sensación de tranquilidad.