El rápido ritmo de vida actual, la mayor dependencia de las tecnologías y el aumento del tiempo que pasamos en las ciudades, se han convertido en necesidades que pueden pasar factura en nuestro ánimo y convertirse en un problema. Coincidiendo también con una mayor preocupación por la destrucción del medio ambiente, la decoración que se centra en lo ecológico y en la inspiración natural se ha convertido en una tendencia en auge. Esta tiene origen en una necesidad de volver a conectar con la naturaleza en nuestra propia casa, con reutilizar o rescatar tejidos y materiales respetuosos con el entorno y con nosotros mismos, o con decorar para volver a un hogar lleno de calma donde podamos relajarnos del estrés urbano.
En cuanto a materiales, para introducirse en el pensamiento eco, lo ideal es lanzarse a los de origen natural y evitar el mobiliario, elementos decorativos y otros detalles de plástico, excepto cuando estos proceden del reciclaje. La madera es sin duda el material que aporta el toque más natural, así como la piedra, mejor si en su obtención hay un impacto ambiental reducido. Sin embargo, el estilo del que hablamos tiene su punto fuerte actualmente en las fibras como la rafia, el cáñamo, el yute, el mimbre… Con ellos se producen objetos y muebles de toda clase, muchos hechos de manera artesanal, que triunfan ahora dándole a los hogares un toque de frescura y autenticidad.
El mobiliario de esta fibra, aunque siempre ha sido conocido por su uso en exteriores, hoy en día es muy buscado también para interiores durante todo el año. La clave está, dado que este material aporta mucha personalidad al hogar, en no recargar demasiado la decoración con este tipo de fibras naturales, o conseguirás un efecto apagado y antiguo. Puedes dejar que se convierta en protagonista y combinarlo con elementos más minimalistas o austeros. Pero si eres un poco más experto, la combinación de distintos colores en estas fibras puede equilibrar la decoración. Unas butacas o sillas de mimbre en el salón o el comedor, o en la terraza como opción veraniega –con un plaid a mano para las noches frías-, o un baúl en el dormitorio para guardar la ropa o los cojines, cestas o figuras artesanales de esparto, lámparas de caña, alfombras de yute –una forma estupenda de marcar rincones de lectura o espacios de juego-… Son solo algunas opciones que pasarán a crear esa ansiada calidez y nos devolverán a la naturaleza instintivamente. Y no olvides que estas fibras también están disponibles en colores, por lo que el límite será tu propia creatividad.
Como sabemos también, para una decoración ecológica y natural es muy importante el reciclaje, que hoy en día es cada vez más tendencia. Elementos como los palets, las cajas de madera para fruta, trozos de madera vieja o antiguas puertas pueden convertirse en muebles renovados con poco esfuerzo y gasto. Los palets y cajas se pueden transformar en mesas de comedor, mesas de noche, muebles de exterior –junto con unos cojines-, en estanterías o cajones con ruedas para las revistas o los libros, para las plantas… Las puertas viejas y los listones de madera, con una capa de pintura, pueden convertirse en cabeceros o mesas. Son solo algunas ideas que podéis ver desarrolladas en algunos de nuestros posts anteriores, pero recordad que la inspiración está allá afuera y que vuestra creatividad no tiene límites. Además, la pintura y el tratamiento del material siempre les puede dar una segunda vida. Estos elementos aportarán un contraste de inspiración rural muy cálido y beneficioso para contrarrestar el exterior urbano y frío.
En cuanto a los tejidos, por otro lado, se trata de evitar la mezcla con tejidos de origen artificial. Para la ropa de cama opta por sábanas de todo tiempo de algodón 100% como las sábanas Ivoir de La Huerta. Para el baño, los albornoces y toallas también de algodón serán más absorbentes y respetuosos con la piel. Las cortinas de lino y algodón, ideales para el verano, proporcionarán también al hogar un ambiente fresco y dejarán pasar la luz y el aire en los meses más calurosos. El algodón y el lino, fibras de origen vegetal, que se encuentran en la naturaleza, son transpirables y una opción más sostenible por su durabilidad y beneficiosa por su regulación del calor.
Por último, para completar este estilo decorativo no podía faltar la introducción de la propia naturaleza en la casa. Las plantas conseguirán darle el toque final que necesita el hogar. Anímate a añadir plantas de exterior en tu terraza o junto a los muebles de fibras naturales.